31/1/12

JULIA en Bolmangani





El corazón de Julia

La chapuza del Reseñista
La última obra de Óscar Gual y Robert-Juan Cantavella (ambos Almassora, ambos 1976) es un libelo a cuatro manos disparado a bocajarro contra la curia tejemanejista que dirigía la SGAE allá por los Tiempos Oscuros de aquella ministra cinéfila a la que no le gustaban los Downloads y lo dijo en una cena. Su tono alegórico y descaradamente naif lo acerca al pulp lo mismo que lo empareja con el punk, y sin embargo bebe de las fuentes [supuestamente] decimonónicas de la novela por entregas, de la adicción infantil a los cliffhungers que otorga sentido esporádico a toda existencia vacía y carente de interés, abono fundamental del que todo escritor sin talento pretende succionar un éxito que nunca le llegará. Sólo mediante la parodia es posible hoy día utilizar tales estructuras y salir airoso del intento. En una época como la actual en que las ópticas cierran sus puertas por decenas, Gual & Cantavella han optado por una estrategia low-cost y libre de derechos de reproducción sin por ello rebajar ni un ápice la calidad del producto físico (libro) ni del contenido (escritura). Además, en un alarde creativo que ya quisieran para sí más del 90% de los nacidos en esa codiciada franja de edad que va desde la muerte del Dictador Español hasta nuestros días, el dúo bigámico ofrece en El corazón de Julia una muestra ejemplar de cómo integrar las nunca clásicas rupturas narrativas características del posmodernismo con las tecnologías ubicuas y la realidad de garrafón más casposa y corrupta de esa lejana España. El entrelazamiento de ambos mundos se muestra con tal naturalidad que no resulta necesaria decodificación ni desambiguación alguna; hasta el lector más cejijunto reconocerá que los límites entre ambas esferas no son más que producto de su propia visión bizca y que “en realidad” no existen. Mención especial merecen los dibujos a plumilla o tinta china de la persona que calza el nickname Riot Über Alles, a quien felicitamos por su trabajo y específicamente por el detalle anatómico puntillista de la ilustración de la página 45. En resumen, un trabajo brillante e hilarante que muestra cómo todavía es posible alterar el curso de los acontecimientos una vez sucedidos éstos y encausados sus protagonistas.

Otras críticas dicen:

“De obligada lectura.”
San Francesco Chronicle

“No te lo puedes perder.”
Quarterly Journal of Feuilleton

“La hostia.”
Un lector en el Metro

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