8/12/11

JULIA, reseña de la SEGUNDA entrega en Periódico Irreverentes


PROSPECCIONES EN JULIANA
Una mirada aviesa a El corazón de Julia, de Gual & Cantavella
por Mac Inculking
Esto no es un libro. Es un libraco
Lucía Etxebarría

Oh, cielos, qué horror.

Me debato en la zozobra. Me debato en una ciénaga de angustia vital. Soy un fui, un será y un es cansado desde que este lunes adquirí mi ejemplar de El corazón de Julia (pack 2) y me lancé a él con la pasión y la decencia de quien solo ha sabido vivir en pos de la verdad. Esas páginas confirmaron mis peores presagios. Si en el primer capítulo nos habíamos quedado espantados por temor a un estallido final de dolor acerbo, aún no sabíamos que nos quedaba por alcanzar un nivel de abyección superior a cuantos podíamos imaginar.  

Bienvenidos al espanto: con todos ustedes... el REALISMO SOCIAL.

Confieso que cuando me acerqué a El corazón de Julia esperaba un libro que nos hiciera sonreír, que nos deleitara en el ameno prado del entertainment familiar, con su dosis final de optimismo garantizada. Uno ha llegado a tomarle aprecio a esas historias de zombis cloqueantes, lentos, insalubres y guarros aunque inofensivos, porque en el fondo son un consuelo. Cualquier fracasado, cualquier acomplejado, después de leer una de zombis tiene motivos de sobra para creerse capaz de salvar al mundo. Sí, son un estímulo. En el mundo de los zombis, hasta el más gilipollas podría ser el rey. Pero, ah amigos… con la cruda realidad no hay estímulos que valgan. Lo sabemos todos. Lo sabe Mr. Botín. Lo saben los autores de esta novela, y no han querido escamotearla. No buscan entretenernos, sino mostrar la realidad, por cruda que parezca.

Julia, en esta entrega, sigue sufriendo de angustia existencial. Está muy mal, como ya vieron en la primera entrega. Los que la rodean, a saber, su silla y su madre, también. La vida es dura, Julia. Te sentirás acorralada, te sentirás perdida o sola, no te vamos a engañar: tal vez querrás no haber nacido, son mis palabras para ti, Julia. Pero Julia aún tiene quien luche por ella: su madre. No tiene padre, es cierto. Bueno, sí tiene, pero no está. Es lo único que nos dice la novela. Julia es la döppelganger de Marco, para que me entiendan. Mientras no sepamos más del individuo que tendría que cuidarla y pagarle el tratamiento que necesita en Suiza, toda la carga de la redención recae en la madre.

Suiza. Qué afición de las niñas en silla de ruedas...

Pero fuera de toda ficción, más allá de muertos vivientes, de héroes salchicheros y grupos de Resistencia Libertaria, ¿qué escenario dibujan Gual y Cantavella? Podrían haber adornado esa misma realidad para hacerla más digerible, es cierto. Sin embargo han optado por el compromiso con la realidad mostrándola tal cual es. Ahí está al natural, como los berberechos, el clan que mantiene el control de la productora Benedetti, liderado por el capo Freddy el Flautista, a quien escoltan personajes como Nanabel y Víctor Daniel, Mike (Bienvenidooooss, ¿recuerdan?), Luis Bolos, la Secretaria Política Cultural, González Conde, más un elenco de secundarios potencialmente humanos que da escalofríos. Los autores los retratan en su desnudez. Son ellos, ahora lo sabemos, los responsables de ese engendro fílmico titulado Después del Arte, con que se abría el capítulo uno. Un espanto en celuloide que encajaría a la perfección en la historia del cine español, y que el capo de esa caterva de forajidos presenta como un alegato por la libertad del artista. No hay tregua cuando se trata de revelar la podredumbre humana en esta obra. A tal punto de aprensión llegué en esa fase de la novela, que tuve que apartarme de ella para tomar oxígeno y liarme un… pitillo barato.
Sin embargo la sorpresa mayor me esperaba al regresar de ese intermedio: cuando volví a las páginas de El corazón de Julia me encontré con un loop narrativo acojonante, en el sentido amplio y positivo, y en el más concreto y acojonante de que me erizó mis órganos vitales. La niña Julia pasaba la tarde ante un videojuego cuyos protagonistas eran zombis. Sí, lo han adivinado. Zombis como los del capítulo uno. Lo que Julia estaba viviendo como experiencia lúdica, era la misma historia de la que se nutría la película titulada Después del arte, película subvencionada por diversos entes administrativos y producida por el supremo Teddy, el Flautista, en cuyo rodaje (¡atención!)… ¡trabaja su madre como auxiliar de producción (limpiadora, en el argot)! Realidad y ficción unidas con los peores pronósticos.

Como en la primera entrega, la novela nos rodea con un continuum de dudas que va apretando con fuerza de oso, y en el que yo mismo ahora no sé qué decir. La película que ruedan Freddy el Flautista y sus amigos se plantea como una obra para concienciar a la humanidad, que menoscaba sin consideración la labor del Artista. Pero, ¿no es espantoso Freddy en sí? En el videojuego en el que Julia pasa la tarde, su alias Julia_Run se presenta delante de uno de los Tres Sabios, en el vientre de las Colinas de la Santa, y allí le revelan que el Artista es un ser perseguido por la multitud descerebrada, pero ¿no es la pobre y débil Julia_Run la perseguida por esos descerebrados que un día fueron artistas a sueldo de los Tres Sabios? Hmmmm… ¿Artistas ordeñados en granjas, donde los malos sorben su creatividad y la hacen correr por tubos como aceite helado? Una masa sin escrúpulos que bebe de esa creatividad, ¿puede considerarse sin escrúpulos después de pagar cuantiosas facturas por una conexión mensual a los tubos cuando son otros los que se lucran? Dudas y más dudas, otra vez.

La realidad sigue siendo esas sombras inhabitables en la que El corazón de Julia tiene que hacernos el gran favor de seguir indagando.

Queremos saber más. Queremos que se salve Julia. Ahora ya todos somos Julia y no pararemos hasta tener una respuesta.

Mientras, esperamos la siguiente entrega. Y, advierto, en mis dedos ya no quedan uñas.

 
ANEXO: Cómo van las apuestas en Betfair

  • Pagan 9 contra 1 a que Mª José (la madre de Julia) termina casándose con el capo Freddy.
  • Pagan 15 contra 1 a que Julia acaba emulando a Clara, y un día echará a andar. Posteriormente se hará cantautora pero no será socia de Freddy. Será indie de verdad.
  • Pagan 20 contra 1 a que Freddy abandona el proyecto de película, después de que en una granja de zombis se provocara un escape radiactivo, aunque le quedará una pensión millonaria a cargo de una fundación cultural unida al nombre de un familiar del rey.
  • Pagan 50 contra 1 a que a partir de enero bajan el precio de la conexión a los tubos de aceite helado.

Seguiremos informando

No hay comentarios: